5 medidas que sí funcionan para prevenir los piojos
La prevención de los piojos es una tarea sencilla, pero que requiere cierta constancia. Si en tu casa hay niños pequeños y quieres evitar que los molestos parásitos les hagan una visita, ten en cuenta estas cinco medidas. Son simples, son claras y funcionan:
1. Ten una lendrera siempre a mano
Lo ideal para prevenir los piojos es respetar una rutina. Intenta revisar las cabezas de tus hijos una vez a la semana, y hazlo siempre con una lendrera, buena luz y un poco de paciencia. La mejor forma de detectar intrusos en el cuero cabelludo es pasar el peine especial mechón a mechón, desde la raíz hacia el exterior y con el cabello húmedo. Así será más sencillo que los insectos y sus huevos sean arrastrados por las púas de la lendrera.
2. Mentaliza a tus hijos para que no compartan gorras, cepillos y objetos similares
Al contrario de lo que muchas personas piensan, los piojos no son capaces de volar o saltar de una cabeza a otra. Sin embargo, son extraordinariamente rápidos desplazándose en cuanto se les presenta la ocasión de cambiar de huésped. Eso ocurre, sobre todo, cuando las cabezas están en contacto, pero también cuando se comparten gorras, peines, cepillos e incluso toallas.
Explícales a tus hijos que nunca deben intercambiar con sus amigos prendas u objetos que suelen estar en contacto con el pelo. Recuérdaselo especialmente si se disponen a ir a un campamento de verano o a cualquier actividad en la que vayan a convivir con más niños durante varios días.
3. Usa un repelente científicamente probado de forma rutinaria
Cuando se trata de prevenir la infestación de piojos conviene no hacer demasiados experimentos. En una rápida búsqueda en Internet pueden encontrarse soluciones caseras y propuestas alternativas antipiojos, como el aceite del árbol del té, que históricamente han sido consideradas efectivas por la sociedad para la prevención de los parásitos y difundidas boca a boca. Pero lo cierto es que, a día de hoy, no hay ningún estudio clínico que sirva para apoyar esa afirmación.
Sí existe, en cambio, constatación científica respecto a la eficacia del octanodiol, que ataca y deshidrata a cualquier piojo que entre en contacto con el cabello tratado, evitando la proliferación de los insectos. El uso de un spray repelente con octanodiol es una medida segura y contrastada de evitar la pediculosis, perfecta para situaciones de riesgo como la vuelta al colegio o los campamentos infantiles.
4. En caso de tener un afectado en casa, lava peluches, tapicerías y sábanas a 60 º
Si, a pesar de tomar medidas de prevención frente a los piojos, aparece algún caso de pediculosis en tu familia, es momento de pedir consejo al farmacéutico e iniciar un tratamiento antipiojos. Pero también hay que ocuparse de que la infestación no se propague entre los que viven en la misma casa.
Los piojos no resisten mucho tiempo desprendidos de un cuerpo humano, y raramente sobreviven más de veinticuatro horas en una prenda o un tapizado. Pero el riesgo de contagio existe, y conviene lavar las sábanas, la funda del sofá y la sillita del coche, en definitiva cualquier prenda que haya estado en contacto con el pelo durante la infestación, gorras, bufandas e incluso los peluches, a 60 º. Es una temperatura suficientemente alta para acabar con los parásitos que puedan encontrarse en esos lugares.
5. Piensa en los demás: avisa a los otros padres si detectas piojos en tus hijos
A menudo, los padres sienten cierta incomodidad al contar a otras personas que su hijo tiene piojos. Pero se trata de algo perfectamente normal y no tiene por qué resultar embarazoso. El contagio de los piojos no guarda relación con los hábitos de higiene y es muy fácil que se dé entre los niños, que constantemente están en contacto físico.
Así que, si descubres piojos en alguno de tus hijos, comunícaselo cuanto antes al colegio o la guardería, y también a los padres de otros niños que hayan estado con el tuyo. Deben comprobar si hay más casos de infestación. Asegúrate también de examinar las cabezas de los demás miembros de tu familia, sean niños o adultos, para verificar que están libres de insectos.
No son pocos los padres que creen que la prevención frente a los parásitos es una labor que corresponde a las escuelas, pero hay mucho que las familias pueden y deben hacer. ¡No lo olvides!