¿Se pueden coger piojos también en invierno?
Hay algunas razones para que el invierno y los piojos no se acaben de llevar bien. Los insectos se encuentran más cómodos con las temperaturas cálidas, sobre todo porque eso les da la oportunidad de sobrevivir más horas alejados del calor de un cuerpo humano. Ese calor es también necesario para que las liendres se mantengan vivas y lleguen a eclosionar, así que los piojos sobrevivirán mucho mejor en verano.
De todos modos, ¿quiere esto decir que el riesgo de pediculosis en invierno apenas existe? Por desgracia, no. Los parásitos son capaces de vivir y proliferar también durante los meses de frío, porque a los factores que les perjudican en esta época se suman otros que hacen su existencia más fácil. Veamos cuáles son y qué podemos hacer para combatir a los piojos invernales.
Por qué los piojos no se mueren en invierno
Esa es una pregunta frecuente. Y lo primero que hay que recordar es que, al contrario que los seres humanos, que deben hacer frente al frío calentando su casa con chimeneas o calefacción, los piojos no necesitan mover un dedo para mantener su hogar a una temperatura agradable. ¿Por qué? Porque su hogar es el cuero cabelludo de las personas, que permanece caliente haga el tiempo que haga.
Así que el alimento y las condiciones adecuadas en el entorno de los insectos también están asegurados durante esta época. Es posible que fuera de una cabeza resistan algunas horas menos, pero mientras tenga una nuca, un flequillo o unas orejas tras las que resguardarse, los piojos estarán confortables aunque el dueño del cuero cabelludo esté pasando frío.
Pero eso no es todo. Además de los factores ambientales, las costumbres de las personas asociadas a las estaciones del año también tienen su efecto en la proliferación de piojos. Si en verano son los campamentos de chiquillos y la tendencia a compartir gorras y toallas, los aspectos que favorecen la presencia de piojos en invierno pasan por una mayor cercanía entre los seres humanos y la frecuencia con la que se intercambian prendas de abrigo.
Lo que les gusta a los piojos de los meses de frío
En primer lugar, durante toda la estación invernal está en marcha el curso escolar. Los niños comparten horas y horas en el mismo espacio cerrado mientras duran las clases. Pero además, el frío y la lluvia los empujan a jugar también en estancias interiores. Eso significa un contacto mucho más estrecho, juegos de mesa, videojuegos, varias cabezas infantiles muy próximas y, frecuentemente, el uso de sofás, cojines y otros elementos que suelen hacer de refugio provisional para los parásitos.
Otro aspecto del invierno que no les disgusta a los piojos es la Navidad. No se trata de un período que traiga riesgos diferentes, pero sí hace que se agraven algunos de los que hemos mencionado. Las reuniones familiares son constantes, los niños se juntan para jugar con sus regalos y la meteorología desapacible y los días de vacaciones tienden a agrupar a las personas alrededor del fuego o de la televisión. ¿Resultado? Un montón de oportunidades para que los piojos pasen tranquilamente de unas cabezas a otras.
A todo ello hay que sumar, por supuesto, la facilidad con la que se comparten gorros, bufandas y demás prendas de abrigo. En esta época, las personas llevan más ropa que nunca y eso les da a los parásitos más opciones para viajar de un individuo a otro.
Prevenir los piojos en invierno
Como has visto, los piojos no son un problema estacional. Aunque sientan predilección por las temperaturas más cálidas, tanto los parásitos como sus liendres se las arreglan para vivir y crecer también en el medio invernal. Pero hay algunas precauciones útiles que puedes tomar para la prevención de la pediculosis en invierno.
Repasa las medidas generales para prevenir los piojos, y pon especial cuidado en dos aspectos: asegúrate de que tus hijos entienden que no deben compartir gorros ni bufandas con sus compañeros, y extrema la cautela para detectar a los parásitos pasando con frecuencia el peine especial. No creas que el riesgo de pediculosis se ha terminado tras superar el inicio del curso ni esperes a tener los piojos en casa. Tu familia te lo agradecerá.